Julio De Caro

 
Estaba a punto de terminar el siglo diecinueve cuando Julio De Caro nació en una vieja casona de la calle Piedad 1898 (hoy Bartolomé Mitre), el 11 de diciembre de 1899. Fue el segundo de doce hijos del matrimonio compuesto por el músico de escuela, José De Caro De Sica y Mariana Ricciardi Villari, ambos de origen italiano, orgullosos de su ascendencia ilustre de poetas, literatos, políticos y artistas.

 

Desde niño tuvo una salud muy precaria que contrastaba notablemente con la de su hermano mayor Francisco. Esto llevó a su madre a hacerle un voto a San Juan, agregándole su nombre (a partir de allí se llamó Juan Julio De Caro), y vistiéndolo largo tiempo con el hábito de San Juan. "Mi madre en su fervor, atribuyó al santo el milagro de mi total recuperación." ,dijo, años mas tarde Don Julio.

Con el correr de los años retomó su nombre verdadero : Julio, para que no le ocasionara trastornos de papeleo. "Confieso haberlo hecho con gran pena, no sólo por ser Juancito para todos, sino por tener la sensación de despedirme de un gran compañero." Escribió De Caro.

 

Cuando la familia De Caro se agrandó con la llegada de otros hermanos, se mudaron a la calle Bolívar y mas tarde a la calle Defensa al 2000, en San Telmo, en donde el padre instaló un conservatorio que además tenía un anexo de casa de venta de partituras e instrumentos musicales.

 

A los seis años, Julio y su hermano mayor, Francisco, cursaron la escuela primaria en San Telmo y posteriormente fueron al colegio San José. Simultáneamente, comenzaron sus estudios musicales. El padre decidió que Francisco estudiara el violín y Julio, el Piano, sin consultar los gustos particulares de sus hijos.

 

Don José fue el primer maestro y posteriormente lo fue David Boglia. Como los dos chicos se aburrían con los instrumentos que tocaban, Francisco decidió pasarle sus lecciones de violín a Julio y este le pasó las de piano a su hermano mayor. Por supuesto que todo a escondidas de su padre, un hombre de carácter muy estricto e inflexible. Cuando su madre observó lo que estaba ocurriendo, medió ante el padre y cada uno pudo seguir su inclinación artística. Cambiaron de profesores : Francisco ingresó al conservatorio Williams y Julio pasó a estudiar violín con el maestro Fracassi. En 1909, ambos terminaron sus estudios musicales y empezaron a dar juntos recitales de música clásica en salas prestigiosas como la del Prínce George’s Hall en la calle Sarmiento entre Talcahuano y Libertad.

 

Don José tenía cierta aversión por la música popular y quería que sus hijos tocaran "música en serio". Pero ellos, mientras estudiaban en la sala de música, ponían el ejemplar de algún tango que robaban de la estantería de partituras del negocio de su padre. Por ese entonces el tango era palabra prohibida que no trasponía el umbral de los hogares respetables y por ende el de los De Caro. En el intercambio comercial de las partituras terminaba todo el contacto con el tango.

 

 

 

1913

 

Una nueva mudanza. Esta vez a la calle Catamarca y México. Cursa la escuela secundaria en el "Mariano Moreno" y a los 13 años comienza a dar clase de teoría y solfeo junto a su padre .

1915

 

El empresario De Bassi (un amigo del padre) acababa de contratar una compañía de zarzuela para el teatro ‘Lorea’ (actual Liceo).

 

Envalentonado, Julio, le pidió que lo incluyera en la orquesta como segundo violín pero le rogó que guardase el secreto ante sus padres. Esa noche tocó y ganó cinco pesos ; pero el secreto no había sido guardado por el empresario y al enterarse, su padre, le hizo devolver el dinero y lo castigó con una feroz penitencia : ocho días a pan y sopa en un rincón

 

Cuando su padre salía a pasear, armaban - como los adolescentes de cualquier época -, fiestas en las que arremetían con los tangos de moda (Sans Souci, La cumparsita, etc...). De esta forma, Julio fue ganando fama de tanguero ante sus amigos.

 

1917

 

A los 17 años, los amigos de la barra (que eran algo mayores que él) lo invitaron un sábado por la noche al Palais de Glace, aprovechando que era el único día que lo dejaban salir hasta las doce de la noche. Ese día tocaba la orquesta de Roberto Firpo Sabiendo que su padre lo castigaría por frecuentar lugares no aptos para menores y no deseando menoscabar su hombría utilizó la excusa de que con sus pantalones cortos no lo dejarían entrar. Pero sus amigos lo habían planeado de antemano y tenían preparados unos pantalones largos para Julio. Muerto de vergüenza, no pudo decir que no. Fueron y se sentaron a disfrutar del espectáculo. Al rato el público empezó a gritar : "Que toque el pibe". Pensando que pedían el tango El Pibe de Vicente Greco, Julio se unió al pataleo. Grande fue la sorpresa cuando descubrió que el pibe era él. Firpo le ofreció el violín y subió a tocar La Cumparsita. Cuando terminó, la gente aplaudió a rabiar. Se dio un abrazo con Firpo y bajó a festejar con sus amigos. En el camino, una mujer lo paró y lo empezó a besar desaforadamente y aprendió en ese instante, que estando arriba de un escenario se volvía atractivo para las mujeres. Luego se acercó un hombre que logró salvarlo del "acoso sexual" de esa repentina admiradora. Esa persona era Eduardo Arolas "El Tigre del Bandoneón", quien le pidió que tocase en su orquesta a lo que Julio le respondió : "Imposible, señor ; aparte de no permitirlo jamás mi padre, me debo a mis estudios superiores clásicos y al bachillerato, que termino este año en el colegio ‘Mariano Moreno’ ; después medicina ; para mí, el tango es una distracción ; lo de esta noche fue solo una broma preparada por mis amigos."

 

A los pocos días Arolas fue a pedirle al padre de Julio, que lo dejara tocar en su orquesta., pero este se negó rotundamente. Julio hizo como que aceptaba y en diciembre de ese año reemplazó por dos semanas al primer violín de la orquesta del bandoneonista Ricardo Luis Brignolo. Cuando terminó el reemplazo las cartas ya estaban echadas y la vocación era muy clara. Fue a ver a Arolas y se incorporó al cuarteto que finalmente quedó conformado por ellos dos, Rafael Tuegols y José María Rizutti. Allí estrenó su primer tango : "Mon Beguin".

 

Comenzó a llegar a deshoras a la casa, hasta que un día el padre decidió poner punto final a las correrías de Julio. Lo esperó una madrugada en la puerta de la casa y Julio no tuvo mas alternativa que confesarle la verdad. Indignado, José le preguntó si quería ser un buen médico o un vulgar tanguero. La respuesta fue inequívoca : su única vocación era el tango. Julio recordaría toda la vida las palabras de su padre : "Párate allí, afuera, para verte bien... y ahora desde este instante, te olvidarás que tienes padres... y de esta casa que fue tuya... Vete, pues, a perderte por los caminos de tu música." Se perdió por las calles de Buenos Aires y a las seis de la mañana fue a vivir a la casa de sus abuelos, lo que le permitió seguir viendo a su madre con asiduidad.

 

Julio De Caro trató de recuperarse anímicamente y se encaminó definitivamente hacia la música del tango. Siguió por un tiempo con Arolas, con quien hizo bastante buena plata y en el verano del ’19 se fueron con la orquesta a tocar en Montevideo. Allí estaba su hermano Francisco, que se ganaba la vida tocando el piano en los cines donde proyectaban películas mudas. Se fueron a vivir juntos a la misma pensión y compusieron varios tangos. Al volver a Buenos Aires, De Caro y Rizutti se separaron de Arolas por cuestiones de dinero y se unieron con Pedro Maffia y José Rosito, formando un cuarteto que debuta en El Parque de Talcahuano y Lavalle. Luego ejecuta el violín en la orquesta de Osvaldo Fresedo, en la que permanece más de un año actuando en el Casino Pigall.

 

En el sótano de la Casa Breyer se labró el acta para la formación de una sociedad que defendiese el derecho autoral. De Caro estuvo presente y firmó el acta pero luego fue misteriosamente omitido. Tiempo después surgió la sociedad de Autores, hoy S.A.D.A.I.C. de la que fue socio fundador y cuatro veces vicepresidente.

 

1921

 

Se casó en Uruguay y tuvo un breve matrimonio del cual nació su única hija Beatriz.

1922

 

Actuó en Montevideo con la Orquesta del bandoneonista Minotto Di Cicco y comenzó a cobrar 20 pesos oro por día, lo que era mucho dinero. Allí estrenó los tangos La Farándula, Maridito Mío, Milonga Corrida, de su autoría. Luego lo contrataron para tocar con un cuarteto. Le ofrecieron 180 pesos oro, mientras que a los otros músicos, los conformaban con quince pesos. Julio renunció a este privilegio y repartió el dinero con sus compañeros en partes iguales, formando una sociedad cooperativa.

 

 

 

1923

 

Cuando volvió a Buenos Aires, Juan Carlos Cobián le ofreció formar parte de su orquesta conformada además por Pedro Maffia, Luis Petrucelli, Humberto Costanzo y Agesilao Ferrazzano. Duró unos pocos meses la experiencia, pero fue la base del movimiento que iba a revolucionar el tango instrumental.

 

En diciembre el empresario Ochoa, se encontró con Francisco y le ofreció formar un conjunto de cinco o seis músicos para actuar en distintas residencias aristocráticas con motivo de las fiestas de fin de año. Con Julio formaron la orquesta integrada además por su otro hermano Emilio, Maffia y Petruccelli y comenzaron a actuar en los palacetes de barrio norte. Su vestimenta - sobrio smoking con camisa de pechera dura y cuello palomita - y su refinado comportamiento, reforzó el prestigio del tango en los ambientes sociales distinguidos, donde existían algunos recelos. Pronto el quinteto se transformó en sexteto con la incorporación de Leopoldo Thompson. Así nació la famosa orquesta de Julio De Caro, aunque todavía no se llamaba de ese modo.

 

Cuando terminaron sus compromisos, al año siguiente comenzaron a tocar en el Café Colón de Avenida de Mayo, pero eran muy mal pagados, por lo tanto iban camino hacia la desintegración. Hasta que una noche apareció el Conde Chikoff, empresario de un aristocrático centro social próximo a inaugurarse : El Vogue’s Club, en el Palais de Glace de la Recoleta. Este le ofreció una fortuna a Julio para tocar en sus tés danzantes. De esta manera se salvó el sexteto.

 

1925

 

Tocó con su orquesta en el Palais de Glace en una recepción protocolar que le brindó la aristocracia porteña al Príncipe de Gales, quien intentó ejecutar el bandoneón en el tango de De Caro, Buen Amigo.

 

El director general de la empresa discográfica Victor, Mr. Scheney, le regaló, como reconocimiento por la venta de sus discos, el novedoso y revolucionario violín corneta, que le daría un sonido aún más personal a sus interpretaciones.

 

1926

 

El presidente Marcelo T. De Alvear se declara como un gran admirador de Julio. Como retribución, De Caro compone "Guardia Vieja" y se lo dedica al presidente. Se convierte en el gran éxito de la temporada.

 

1927

 

En abril realizó una gira por el Brasil, en donde estrenó los tangos Copacabana, Tierra Querida y Olimpia. Tuvo tanto éxito que debió quedarse hasta fines de septiembre.

 

1931

 

El 4 de marzo se embarcó en el vapor "Massilia" rumbo a Europa. Se presentó en Niza, en donde tuvo como público a Carlos Gardel, que ofició de "presentador" de la orquesta desde una mesa en donde estaba sentado presenciando el espectáculo y a Carlitos Chaplin quien se empeñó en bailar el tango "El Monito". Luego, Montecarlo, Cannes y mas tarde en Italia en Turín, Génova y Roma en donde cambió la imagen de los tangueros argentinos For-Export que cantaban vestidos de gaucho, para lucir un elegante smoking. La gira terminó en París en donde fue invitado por el Baron Rothschild para actuar en dos grandes recepciones en las que estuvo presente el Aga Khan.

 

1937

 

Actuó en Viña del Mar, Chile, dirigiendo su Orquesta Internacional Melódica, que había creado el año anterior y a la que le había agregado un órgano, instrumentos de madera, de metal y de percusión. La cantante era Paloma Efrón "Blackie" y el chansonier era Edmundo Rivero.

 

De regreso en Buenos Aires, al finalizar un concierto en el Teatro Opera, apareció su padre después de veinte años de ausencia. Con lágrimas en los ojos, le pidió perdón a su hijo, con la mirada. Se fueron caminando del brazo hasta la casa paterna en donde le mostró una caja con los recortes de toda la trayectoria artística de Julio, que su madre había guardado celosamente. A partir de ese momento se reencontraron como padre e hijo y don José no dejó de asistir a las actuaciones de Julio y dando un vuelco fundamental, comenzó a mostrar orgulloso la colección completa de los discos de su hijo.

 

1940

 

De Caro volvió con el ritmo y la característica que le dieran fama y prestigio y desechó las innovaciones sinfónicas que había realizado. Con su orquesta inauguró el casino de Mar del Plata.

 

1946

 

Oponiéndose a ciertos proyectos que perjudicaban a los músicos, encabezó un movimiento que derivó en una gran huelga, a la que se sumaron artistas, locutores y escritores. Esta participación le valió cuatro años de ostracismo.

 

1950

 

Volvió a actuar en Radio El Mundo, pero al ser boicoteado por el director artístico de la emisora eligió retirarse.

 

1953

 

Había decidido no actuar más, pero ante la insistencia de los amigos, y la gente que lo paraba en la calle se presentó en Radio Belgrano. Al llegar fin de mes las tarifas de la emisora no coincidían con las planillas de pago presentadas por De Caro y fueron rechazadas. Ahora si, respetando su dignidad profesional y los principios de su actividad gremial, Don Julio optó por retirarse.

 

1959

 

Volvió a contraer enlace, esta vez con Cora Ambrosetti, hija de Juan Bautista Ambrosetti y nieta de Eduardo Holmberg, hombres de ciencia argentinos consagrados al estudio naturalista y al folklore. Julio decía de ella : "Cora es mi mujer, mi amiga, mi secretaria, mi enfermera, mi compañera."

 

1965

 

Su amigo Ben Molar comenzó una lucha de 12 años para lograr que se instituyera el 11 de Diciembre como el Día Nacional del Tango, ya que en esa fecha coincidía el día del nacimiento de Julio De Caro con el de Carlos Gardel. Mientras tanto, lo tentó para que vuelva a escribir un tango y lo hizo junto a Nicolás Cócaro con "Un Silbido en el Bolsillo", para los 14 con el Tango. Diez años más tarde lo volvió a convencer de componer, esta vez junto a Ernesto Sábato, Cátulo Castillo, Florencio Escardó y Leopoldo Díaz Vélez, entre otros y editó el disco "Los 14 de Julio De Caro".

 

El día que cumplió los 78 años, le hicieron un festejo homenaje en un Luna Park desbordado por la gente, y en el que participaron todas las orquestas y todos los cantantes de la época. Lloró como un chico cuando las quince mil personas que había allí le cantaron el Feliz cumpleaños. Fue la última vez que estuvo arriba de un escenario.

1980

 

La familia se fue de vacaciones a Mar del Plata con Julio ya muy enfermo, y el 11 de marzo murió en la intimidad familiar. Un par de años más tarde Molar, su amigo de los últimos tiempos, consiguió que los restos sean trasladados a Buenos Aires para descansar en paz junto al otro hombre que revolucionó el tango, su querido hermano Francisco.


R.B.

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